Slowfit ha dado un paso adelante en la innovación tecnológica introduciendo sensores biomecánicos avanzados a sus máquinas de entrenamiento. Esta incorporación tiene como objetivo mejorar la calidad del servicio y hacer más accesible el entrenamiento personalizado. Estos sensores permiten monitorizar en tiempo real parámetros como el rango de movimiento, la intensidad, la precisión y la calidad de cada ejercicio, optimizando los resultados e incrementando la autonomía de los usuarios.
Gracias a esta tecnología, gestionada a través de la plataforma exclusiva "My Slowfit", los clientes pueden hacer un seguimiento detallado de su progreso sin necesidad de una supervisión constante por parte del personal técnico. Esta autonomía se traduce en una reducción del coste de las cuotas, que pasan de un ticket medio de 150-200 euros a opciones desde 90 euros, haciendo más asequible el acceso a un entrenamiento de alta calidad.
Paralelamente, Slowfit continúa su expansión con la inauguración de su cuarto gimnasio en España, ubicado en la calle Pau Vila de Sant Cugat (Barcelona). Este nuevo espacio, de 80 metros cuadrados y con una inversión de 110.000 euros, destaca por su formato ‘Exclusive’, con un entorno más reducido y equipación de alta gama de la marca Medx, robótica de Nexa y software de My Slowfit.
De cara al 2025, la cadena prevé abrir un quinto centro en Barcelona, concretamente en la zona de Cerro Parco. Este nuevo gimnasio, también en formato ‘Exclusive’, contará con 110 metros cuadrados y reafirmará el compromiso de la empresa para acercar su modelo de entrenamiento personalizado a un público más amplio.
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